juego 2 - erosvertida
el domingo 06 de abril nos reunimos en la galería sublime editions art en el centro de mérida, yucatán.
en complicidad me acompañó en la coordinación: edgar canul, artista visual y docente.
un juego
salimos de nuestras casas para jugar en este espacio lleno colores. el juego partió de imágenes de aquellos lugares cotidianos, grises y opacos. todxs tenemos lugares así: desolados, vacíos, desamparados, en soledad.
en grupo
fue un ejercicio de conexión. algunxs ya nos habíamos conocido antes, con otrxs no. pero era la primera vez que jugábamos.
fuimos cómplices por dos horas, para implicarnos en la experiencia de mirarnos, jugar y crear.
“somos todos uno”, dijeron al ver los retratos sobre lo que pudimos ver entre nuestros rostros, cuerpos, movimientos. por momentos, tomamos prestados algunos gestos o movimientos para probarlos en nuestros cuerpos:
¿cómo será probarme algo de lo colorido de analie, alejandra, miranda, ime, angela, heber, joel, yuri, dulce, lily, ramón, francisco, karen, karina, ale o canul?
te veo en mí, me veo en tí.
este texto viene de las experiencias de todos los cuerpos que estuvimos ahí:
“mirar a los ojos, entrar al otro, un espejo cóncavo convexo, abro puertas, ¿a dónde me llevan?
a un encuentro conmigo misma y con la huella que dejas en el espacio.
conversar con expresiones únicas de los otros,
no pensar en cómo me veían, sino sentirme mover,
expresarme con total libertad, siendo más compasiva con mi proceso,
conectando de diferentes formas, estando más presente en los instantes.
una experiencia antes no vivida, un cambio instantáneo,
incómodo primero, fluido después.
llegué con incertidumbre; me voy con nuevas experiencias y amistades.
la creación de la vida es desde el juego,
me quedaré pensando en la continuidad entre objetos, espacios y miradas.
alimentaron una parte de mí que estaba inactiva, desconocida, casi extranjera.
veo que conectar con otros humanos, me hace más humana.
vine a jugar y me voy jugada y contenta. me gusta mover el cuerpo junto a otras personas: el contacto físico, el juego y la risa.
pienso que necesito jugar más, aunque sea en microdosis de juego con el tiempo que dispongo. “nunca es tarde”, dice alguien.
ahora me puedo enfocar en lo que me alegra.
antes miraba mucho a los ojos, pero lo he ido perdiendo,
hoy fue un reencuentro en un inmenso mundo que es pequeño,
los caminos se vuelven a juntar.
esto no es un adiós, es un hasta que te conocí”.